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Como siempre, solo intento hacer pensar




Demasiado tiempo en casa, viendo partidos y más partidos de todo el mundo, y ya hay acceso a lo inimaginable. Fútbol que, de tanta variedad, te hace buscar unos denominadores comunes para encontrar detalles de los cuales poder sacar conclusiones. Una de las conclusiones es la de que los equipos que tienen en sus plantillas a jugadores muy físicos son los más ricos en el cero contra cero, y a la vez son los menos favorecidos en el uno contra uno. Y, al contrario, los equipos más ricos en lo táctico, por obra de sus entrenadores al dar o cuidar de un modelo de juego que favorezca lo grupal y lo individual, son los que realizan más situaciones de uno contra uno.


A continuación, explico lo que quiero decir con ‘cero contra cero’ y ‘uno contra uno’. El cero contra cero es la situación en el juego del fútbol en la que desde la igualdad dos jugadores rivales se miden en la búsqueda del poder de la pelota, y en la que normalmente sale vencedor el más fuerte y el físicamente más rápido. Y sale vencedor, pero con el rival detrás de él, sin poder encarar. Por su parte, el uno contra uno es la situación en la que un jugador es capaz de ganar ventaja antes de recibir el balón sobre el rival, para después encararlo en el uno contra uno.


Evidentemente, en los equipos en los que abunda el cero contra cero suele ser por un motivo principal: su entrenador les ha dado cero fútbol y, aunque sea un portento físico, en esta situación el futbolista se limita. Por contra, en los equipos donde abundan las situaciones favorables de uno contra uno se percibe de manera constante la mano de su entrenador, pues le ha dado mecanismos que favorecen el ganar tiempo y espacio sobre el rival. A partir de esto, de manera continuada se encara rivales en cualquier zona del campo, favoreciendo así las paredes, las superioridades numéricas, los pases profundos y los pases interiores. En definitiva, un fútbol que hace mejores y más felices a los jugadores, y nos enamora más a los que lo disfrutamos.


El cero contra cero necesita músculos. El uno contra uno necesita un entrenador de verdad y a jugadores inteligentes, y aquí no se eliminan a los fuertes y musculosos. No quiero ni imaginarme que esos futbolistas tan fuertes muscularmente tengan entrenadores que se ocupen de enseñarles a moverse para hacer buenos uno contra uno, que les muestren como ganar una situación favorable sin depender únicamente de su físico, y que utilicen ese físico para luego desbordar en esas situaciones de uno contra uno en las que serán imparables. Sólo hagamos pensar. Somos entrenadores, somos seleccionadores de un simple biotipo.

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