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El área de metodología. Intervención práctica (Capítulo 5)



Una vez presentadas las etapas, los objetivos, los contenidos y las acciones a realizar, en este último capítulo nos centraremos en los protagonistas principales, quienes no son más que los futbolistas o los “proyectos de futbolistas”, y en su formación integral.


Toda esta intervención práctica que os hemos estado presentando se basa en nuestro Método Direccional, y el cual es aplicable de igual forma tanto en el desarrollo de una escuela de fútbol como en la construcción de un equipo de fútbol. En una escuela de fútbol nos encontramos con niños, jóvenes y adolescentes. Cada grupo tiene unas características que les hace requerir de unas atenciones distintas. Nosotros os vamos a presentar a cada grupo y explicaremos las atenciones que necesitan en cada caso y en función de sus características.


El primer grupo que nos encontramos es el de los niños. En esta etapa el niño aprende por imitación, pues prácticamente intenta imitar todo aquello que ve y, si el modelo o referente es una persona a la cual respeta, será grabado dentro de si mismo como algo muy importante. Los benjamines y alevines de nuestros clubes podrían estar englobados en esta etapa y, con ellos, será muy importante la utilización del método analítico apoyado en el juego como consolidador de acciones.


Seguidamente, en la etapa de infantiles y cadetes de primer año nos encontraremos con jóvenes. Niños con inquietudes y que buscan respuestas a todo aquello que se van encontrando. Quieren descubrir, conocer y ser mejores que el que tienen al lado. Aprovechemos estas circunstancias para proponer tareas en dónde deban solucionar problemas. Propongamos tareas sin darles las soluciones, y que sean ellos mismos quienes las descubran. ‘Casi sin querer’ y tras un descubrimiento guiado estamos enseñando a los futbolistas jóvenes el conocimiento del juego. No olvidemos el apoyarnos en lo analítico para pulir carencias y asumir el juego como un vehículo transmisor y de unión de todo lo trabajado.


Por último, en nuestros clubes los adolescentes son los protagonistas de la última etapa de formación. En esta etapa debemos preparar al futbolista para la realidad, y la realidad no es otra que ganar cada fin de semana, competir y valorar lo conseguido para de esa manera no conformarse con lo que se tiene. La ambición y las ganas de ganar serán las consignas que debemos a grabar a fuego en sus cabezas. Entrenarles como si de profesionales se tratasen será la mejor manera de prepararlos para lo que se van a encontrar en un futuro cercano.


Al final, podemos resumir nuestro trabajo desde el área de metodología como la preparación del futbolista para que, cuando le llegue la oportunidad (si le llega), el fútbol no le deje fuera debido a un mal control, una mala intensidad en el pase, un mal uso del cuerpo, una toma de decisión incorrecta o la ausencia de carácter competitivo.

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