El camino

Hace unos días, mi familia y yo decidimos recorrer, tras muchos años sin hacerlo, la ruta del Río Dobra, la cual finaliza en la Olla de San Vicente. A la altura de la localidad asturiana de Cangas de Onís se ubica una senda muy recomendable por su final, dónde te encontrarás con la Olla de San Vicente y sus aguas cristalinas de un azul verdoso proveniente de la nieve de los Picos de Europa, pero sobre todo por su camino de unos cinco kilómetros (ida y vuelta). Nuestro objetivo principal era el de pegarnos un chapuzón en la Olla de San Vicente, pero al final nuestra mayor recompensa fue la de aprender y disfrutar del camino. En el fútbol, tanto en el formativo como en el profesional, y en la vida misma pasa lo mismo.
Por el camino te encuentras con cosas que provocan el hacerte preguntas, pensar, reflexionar, adquirir nuevos conocimientos y, finalmente, conocerse mejor a uno mismo. Ganas claridad sobre lo que realmente deseas en tu vida. Ganas coraje para enfrentarte a tus miedos. Te inspiras y encuentras las ideas que te ayudaran a avanzar correctamente por el camino de la vida. Lo primero que vas a valorar son a aquellas personas que te rodean y quienes lo único que desean es tu bien por tu ser y estar, y no por lo que eres o puedas llegar a ser como profesional. En el camino del Río Dobra se abandona todo lo corrompido por el dinero y florece la verdad de la ayuda desinteresada. Formador, ayuda y motiva a tus jugadores sin pedirles nada a cambio. Futuro futbolista, nunca te olvides de esas personas que por el camino te echaron una mano de forma desinteresada, pues llegará el día en el que seas muy feliz devolviéndoles lo recibido pero multiplicado.
El primer tramo de la senda es asequible, pero hay que mantener un paso firme y una mirada larga de cara a estar lo mejor preparado posible para lo que se viene. En el fútbol base debemos preparar al futbolista para lo que se va a encontrar en el futuro. Ya superado ese tramo ‘sencillo’, llega la parte más compleja de la ruta. Es en ese momento cuando aparecen nuestras inquietudes que, al fin y al cabo, es nuestro mejor motor. Es en ese momento cuando nos toca despejar nuestros miedos con personalidad. Es en ese momento cuando la capacidad de superación y el esfuerzo se convierten en nuestros mejores aliados. Es en ese momento cuando no hay que frustrarse ante el traspiés o la lejanía de la meta. Es en ese momento cuando tenemos que tener la voluntad de buscar crecer para hacer crecer. Y, sobre todo, es en ese momento cuando las personas que se han atrevido a enseñar nunca dejen de aprender. Nuestros jóvenes necesitan ser orientados por maestros con grandes conocimientos, pero con aun más ganas de seguir aprendiendo. El buen ejemplo debe ser protagonista en esta etapa del camino.
Durante el trayecto fuimos percibiendo a personas que encontraban su sitio a lo largo y ancho del río. Nuestro mejor sitio en el fútbol y en la vida no se elige, se encuentra. Lo único que nosotros elegimos es nuestro camino. Por lo tanto, disfruten y aprendan en el lugar que están entrenando a niños. No tengan prisas por salir del fútbol base. El fútbol profesional, si tienes el talento necesario para crecer ahí, llegará cuando menos te lo esperes y en el momento adecuado. Mientras tanto, aprende, disfruta y siéntete orgulloso de todo lo recorrido. Sigue convirtiéndote en un mejor entrenador a través del acierto, pero, sobre todo, a partir del error. Hazte preguntas para mejorar tú nivel y el de los niños, y veras cómo de esa manera vas a encontrar un camino donde aparecen las respuestas que te permitirán poseer una fe inquebrantable en cada paso que des. Si disfrutas y aprendes del camino, llegues o no a ser futbolista / entrenador profesional, vas a conseguir la mayor recompensa que puede lograr un ser humano en su vida: su legado, eso que lo hace inmortal. El éxito es un momento, tu camino es para toda la vida. El Maestro Tabárez dice que “el camino es la recompensa”.